HEM TORNAT !!!!!

Somos de Sagunda A

Recojo el titulo de la última canción de nuestros amigos arlekinados  Los Lutgarda´s friend, para hacerlo mío y ponerlo en el Blog. Por qué? (como dijo Mou) Por que JA SOMOS DE SEGUNDA A  18 años después.

Mi última entrada hablaba de los Play-Off y hoy 2 semanas después hablaré sobre todo lo que ha pasado estos últimos días.

El duelo empezó el pasado domingo día 22, un partido donde los vascos nos perdonaron la vida en 2 ocasiones clarísimas en la primera parte, una de ellas a los 10 segundos del inicio del partido y la segunda con hasta 4 claros chutes a puerta incluido un tiro al palo. A partir de ahí solo hubo un equipo, el Sabadell, y la segunda parte el Éibar salió vivo del estadio por los pelos.

Al final el partido transcurrió por los cauces normales de un enfrentamiento entre 2 clubs históricos que terminaron campeones de sus respectivos grupos. Empate a 0.

Lo peor de ese día fueron los lamentables incidentes que se produjeron al final del partido, cuatro descerebrados que intentaron agredir a la afición del Éibar, insultándolos gritando consignas fascistas e incluso lanzándoles piedras y bengalas…. ¡!! QUE TRISTE ¡!! Es muy triste dar esa imagen por culpa de una minoría que solo viene al estadio a buscar pelea sin sentir los colores ni el escudo y que se esconden detrás de un deporte tan bonito como el futbol que solo debería servir para crear lazos de amistad. Mucha culpa de esto la tienen los Mossos d´Escuadra que mientras estaban en la calle con 7 furgonetas dentro del estadio los pobres de la seguridad privada se peleaban con los fachas por recuperar una bandera que querían robar ¡!!INDIGNANTE!!! Luego sacan la porra para “limpiar” la Plaza Catalunya de Barcelona “amablemente”.

Bueno, el primer partido se había acabado con un empate a 0 y las espadas en lo alto, pese a ver un claro dominador del partido nadie hablaba de un claro favorito (bueno excepto el míster del Éibar y algún medio de comunicación vasco que iban de sobrados…. Ejem…ejem…)

Todo se decidiría en Éibar.

A todo esto el mismo domingo aun no sabíamos cuando se jugaría el partido de vuelta, ni el horario y lo peor de todo, se rumoreaba que solo tendríamos 250 entradas, las alarmas empezaron a sonar. Todo eran rumores, no sabíamos  si podríamos tener alojamiento o si podríamos conseguir tickets, la gente empezaba a hablar de pasar noches a la intemperie por conseguir tan preciado tesoro, y de repente todo se hizo público… la vuelta seria el Sábado 28 de Mayo a las 6 de la tarde, justo antes de la final de la Champions que se jugaba el Barsa contra el Manchester. ¡!! NO PODIA SER ¡!!, pero para acabar de poner las cosas difíciles el club solo había conseguido 250 entradas y pondría solo 200 en manos de los aficionados arlequinados ¿Cómo? Con un sorteo. Joete!!! Como si fuéramos nosotros los que tuviéramos que jugarnos la champions, jejejejeje, a lo grande!!! .

La afición de Sabadell para los desplazamientos somos de lo mejorcito y esta vez lo volveríamos a demostrar, incluso con todos los problemas que empezaban a salir y tenían tan difícil solución.

Nuestro grupo de 11 arlequinados  nos lo jugamos todo a una sola carta, nos apuntamos todos juntos, el miércoles salió el resultado…. NI UNA SOLA ENTRADA.

 Aun así decidimos ir a Éibar a animar a nuestro Sabadell, aunque nos quedáramos en la calle y lo viéramos en un bar.

El jueves montamos la expedición, reservamos el Hotel y decidimos el transporte, seriamos 3 coches, uno saldría el jueves de madrugada para estar a la hora de apertura de las oficinas para intentar comprar entradas. Un segundo coche que salía el viernes a las 9 para llegar sobre las 5 de la tarde y un último coche que llegaría a Éibar por la tarde noche, 2 compañeros que no tenían posibilidad de ir en coche fueron en avión hasta Bilbao (estos tíos son muuuuy grandes).

Situaciones desesperadas necesitan medidas desesperadas y la posibilidad de ver el ascenso de nuestro equipo merecía todo nuestro esfuerzo.

En definitiva el viernes nos encontramos todo el grupo en Éibar (excepto los 2 que venían en avión el sábado)con 1 entrada comprada de reventa (donde ponía pensionista) y varias entradas apalabradas después de movernos muchísimo por las amistades de cada uno de nosotros. Teníamos claro que no todos nos quedaríamos en tierra y por suerte algunos de nosotros podríamos entrar al campo. *(De todo esto hablaré un poco más abajo)*

Se acercaba el día soñado y no todo estaba solucionado pero aun así disfrutamos la noche de Éibar hasta altas horas de la noche, incluso conociendo a la única camarera catalana (de Rubí) que había en el Pueblo, jejeje.

La fiesta en Eibar

Allí hemos visto cosas de otro mundo, una realidad paralela, la gente de Éibar son infinitamente acogedores, todos sabían que éramos de Sabadell y nadie nos dijo ni un reproche, nadie nos hizo ni un gesto malo, nadie se metió con nosotros, era una gozada y sobre todo viendo como tenían la ciudad, engalanada por todos lados, los escaparates tenían banderas, camisetas, la gente había llenado los balcones de banderas azulgranas, se respiraba ambiente de futbol de las grandes ocasiones, ERA GENIAL, y nosotros podíamos vivirlo “in situ”.

Amaneció el sábado con un sol radiante, era el día perfecto para conseguir el ascenso, los arlequinados empezaban a llegar, ya se veía gente con las camisetas blanquiazules, pese a todo éramos una minoría, pero todo el mundo nos saludaba, y nos comentaban cosas del partido.

A medida que pasaba el día las noticias de las entradas empezaban a ser buenas, nos llegaban las entradas que teníamos apalabradas y cerca del estadio la gente nos ofrecía entradas al mismo precio que ellos las habían comprado, otro ejemplo de la buena gente de la zona, en Sabadell se llegaron a pagar 70 euros en la reventa (que vergüenza).

Al final y despues de mucho batallar pudimos entrar todo el grupo al campo, veríamos a nuestros gladiadores modernos defender nuestros colores en vivo y en directo.

Pocos pero muy ruidosos

Éramos unos 300 pero los aficionados del Sabadell que nos desplazamos somos “especiales” nos pone saber que somos minoría, nos conocemos todos, y disfrutamos intentando gritar más que los rivales, vamos que nos pone PALOTES ese tipo de situaciones.

A las 6 de la tarde y justo antes de empezar el partido hicimos el ritual de nuestro grupo saludarnos todos y mirarnos a los ojos buscando la complicidad del prójimo sabiendo que nos jugábamos mucho y que nos íbamos a dejar la vida en el intento de conseguir el ansiado triunfo, la pelota se puso a rodar después del sonido del silbato y ya no había marcha atrás.

El partido era lo de menos, lo importante era no encajar goles, las ocasiones brillaban por su ausencia, los dos equipos se dedicaban a no dar acciones de gol claras al rival, aun así el Éibar tuvo un par de ocasiones y el Sabadell falló otra de clara.

Nuestra posición en el campo era malísima, no veíamos la totalidad de la portería de nuestro gol y eso hacía que no pudiéramos discernir si la pelota pasaba cerca o entraba en el marco, una excusa más para sufrir. La afición contraria gritaba pero cuando la maquina Arlequinada se ponía en funcionamiento éramos un volcán en erupción, animamos como locos, nos dejamos las manos y la garganta y no nos importaba quedarnos sin voz con tal de apoyar a nuestro equipo, así llegamos a la media parte, nerviosos, con miedo después de las ocasiones del Éibar y con un 0-0 en el marcador que no le valía a ninguno de los dos equipos.

El descanso lo aprovechamos para relajarnos  y coger fuerzas, no estábamos cansados, los nervios, la euforia y las ganas de llevarnos el triunfo te hacen olvidar el dolor y el cansancio, y además sabíamos que teníamos 45 minutos para seguir empujando a nuestro equipo.

Empezó la segunda parte como la primera intentando que un error nuestro no le diera la oportunidad de gol al rival, gracias a dios y a un contraataque del Sabadell en el minuto 57 Marc Fernández se adentró por la banda derecha y con un chutazo cruzó el balón al poste bajo para hacernos estallar de alegría. Fue una explosión de sensaciones, todo el mundo gritaba, saltaba (con riesgo a caerse asientos abajo) se abrazaba, el grupo de Arlequinados rugía cual ejercito antes de entrar en batalla. Las primeras lágrimas empezaron a fluir.

A partir de ahí nervios, muchos nervios, sabíamos que el empate a 1 nos daba el triunfo pero, a partir de ahora el resultado nunca nos daría una prorroga, así que al acabar los segundos 45 minutos tendríamos un vencedor de la eliminatoria, nos pusimos en  tensión, y al equipo le paso lo mismo que a nosotros, eso hizo que empezaran a recular, a defender y a dar alas al rival, después de varias ocasiones falladas el Éibar en el minuto 72 nos empataba el partido. Era lo más temido por nosotros, ese gol les dio alas, nosotros no salíamos de atrás y ellos no paraban de perdonar ocasiones, si a eso le sumas el hecho que he comentado antes que no veíamos la portería entera y no sabíamos si el balón había entrado o la red se movía por que había pegado fuera, podéis imaginaros los nervios que llegamos a pasar. Serian 20 minutos de sufrir sin limites.

Para más inri el colegiado puso 5 minutos de descuento, era insoportable, no sabíamos dónde mirar, ni con quien agarrarnos, mi amigo Almunia se subía por los asientos agarrándome a mí, el tipo de detrás mío gritaba cada vez que se acercaban a nuestra portería, era insoportable, hasta que de golpe el árbitro silbó el final del partido.

En ese momento el mundo se para y tú crees que puedes volar, haces cosas inverosímiles como saltar de butaca en butaca, sin darte cuenta que te estás jugando la vida, nos abrazamos, gritamos y saltamos, yo solo veía a gente con las caras pintadas, banderas y camisetas arlequinadas que estaban en otra dimensión, la visión se cierra, solo ves lo que tienes delante y allí solo había una cosa, ALEGRIA SIN FIN.

Podría pegarme el moco y decir que pensé en algo bucólico y poético, o que eran momentos mágicos o algo por el estilo, pero no fue así, parecía un perro asustado por los petardos en una noche de verbena, corría de un lado para otro, gritaba y me abrazaba sin saber bien con quien, incluso llegue a tropezar, me sentía pesado, sin fuerzas, sin tener un destino claro, hasta que después de un buen rato mi corazón empezó a relajarse y empecé a saber donde estaba y que debía  hacer, ese era el momento, eso era lo que había soñado tantas veces, y ahora no podía perder la oportunidad. En medio de la celebración me quite la camiseta arlequinada y deje a la vista la camiseta en recuerdo de mi amigo MIGUEL QUEREDA, con cariño me la quité y la levanté al cielo de  Éibar sabiendo que él nos estaba viendo desde el cielo y que incluso tenía algo de culpa en las oportunidades que fallaron los jugadores rivales. Cuando hice eso y le mande unas palabras mentalmente, me acerque al terreno de juego y les lancé  la camiseta a los jugadores para que se la pusieran, por suerte, Puigdollers acabó poniéndosela y celebrando el ascenso con ella, era una gran alegría para mí, había soñado muchas veces con eso y se había hecho realidad.

Estuve un buen rato celebrando la victoria cerca de la hierba y cuando los jugadores se retiraron empecé a subir hacia mi localidad, a medida que caminaba me encontraba con muchos amigos, cantando, gritando locos de contento, unos lloraban  otros se abrazaban y otros hablaban de lo mal que lo habían pasado, pero uno estaba sentado con los ojos puestos en el infinito, mi amigo GONZALO.

Esa imagen me recordó Mallorca (el sabe de lo que hablo), allí respeté su silencio, pero aquí no pude, fui a por él y nos fundimos en un abrazo, en ese instante empezamos a llorar hablando de lo duro que había sido nuestro exilio en el pozo durante 18 años y que ya éramos equipo de Segunda A.

El grupo

Luego lo dejé en su silencio de nuevo a sabiendas que es lo que el necesitaba. Que grande eres GONZALO!!!!

Abracé uno por uno a todos los del grupo empezando a darme cuenta de lo que habíamos vivido en aquel momento, empezaba a tomar consciencia de lo que estábamos saboreando. Nuestro BINEFAR, nuestra vuelta al futbol profesional, nuestro regreso a la elite, allí de donde nunca debimos desaparecer.

Luego vi a Pedro, un gran amigo, bueno si hay algo un poquito más que amigo eso sería Pedrito para mí, casi familia, y después de muchos años de conocerlo esa semana me lo acabó de demostrar. Y nos pusimos a llorar juntos hablando de los campos que habíamos tenido que recorrer estos años. Un club histórico como el nuestro que ha tragado polvo demasiado tiempo y que por fin parece que levanta cabeza.Cosas como las que os voy a contar demuestran que es la amistad para algunas personas.

*(Llegó la hora de hablar de lo que dejé a medias)*

 El lunes anterior, justo cuando nos enteramos de la fecha del partido y de las pocas entradas que tendríamos para la afición del Sabadell, recibí una llamada al móvil, era Pedro, me decía que se marchaba a Éibar a intentar conseguir entradas y que me llamaba a mí para saber si necesitábamos alguna, ellos eran un grupo de 8 y nosotros un grupo de 11 e intentaría coger las máximas posibles. El tío se tiró toda la semana buscándose la vida para que pudiéramos tener los dichosos tickets, y no paró hasta conseguirlo.

Para mí este ascenso tiene muchos nombres, pero uno está escrito en letras de oro y ese es el de PEDRO FABIAN RAMOS. Gracias a él muchos de nosotros pudimos estar tranquilos en el tema de las entradas, gracias a él y a su mujer Mireia que se pasaban cada día por los bares y por las oficinas del club para conseguir a fuerza de moral y trabajo las entradas que necesitábamos.

Mi Pedro

Gracias Pedro y Mireia, gracias por todo, vosotros habéis permitido que tuviera la oportunidad de vivir el ascenso en directo, una cosa que contaremos a nuestros nietos en un futuro y que fue gracias a ti. Te quiero tío.

*(retomo tema al acabar el partido)*

Llego la hora de retirarnos del campo, la ertzaintza nos hacia el pasillito hacia la calle y en las escaleras de salida me encontré con Murciano, los dos nos aguantábamos las lagrimas pero fue vernos y fundirnos en un abrazo, fue algo místico, recordamos la temporada en el amater juntos, los viajes y desplazamientos, los gritos a los rivales más odiados. Los desplazamientos a Santa Coloma, a Rodri, Monty, De Pablo, y un largo etc.…. Por fin el futbol nos ponía de nuevo en nuestro sitio natural.

Y así, abrazado a Murciano, salimos del campo con la cara llena de lágrimas, hablando de lo bonito que sería escuchar la canción del Plus los domingos a las 12 h. en el bar viendo a nuestro Sabadell.

Aun así no acabábamos de saber realmente que estábamos viviendo, aun ahora 2 días después no acabo de creérmelo, ni de saber lo que nos puede repercutir en positivo este ascenso, pero una cosa si se, y es que el pasado 28 de Mayo del 2011, el Sabadell hizo historia de nuevo y nosotros estábamos allí. Nos lo merecíamos y lo conseguimos.

El campo del ascenso

Me gustaría poner una pequeña mención sobre la gente de Éibar, son ESPECTACULARES, nunca hubiera pensado encontrarme a gente como ellos, nos felicitaron hasta la saciedad, salían de los bares a saludarnos y charlar con nosotros, son muy grandes y como tales siempre los llevare en el corazón, desde aquel día mi segundo equipo es el Éibar y tal como le prometí a varios de ellos, si vienen a Catalunya a jugarse el ascenso iré a apoyarles, ojala pudieran subir ellos también. Se lo merecen, tal y como gritamos en el campo “el año que viene Éibar- Sabadell” (en segunda A por supuesto)

Miguel, lo conseguimos. Ya somos de segunda A.